Información detallada
Los portones levadizos automáticos de tiro vertical fueron fabricados en la década del 70. Se caracterizan por ser lentos, ruidosos, con incomodo mecanismo de puesta manual a cadena y principalmente por no tener sistema de marcha y contra marcha inmediata en cualquier punto del recorrido (tanto en apertura como en cierre).
Consiste en desmontar el 100% del equipamiento automático existente, colocando un sistema de roldanas que se conectan a dos cajones de contrapesos a través de dos cables de acero logrando un funcionamiento suave y balanceado; modificación indispensable para su posterior automatización.
Está compuesta por un motor reductor, una central de comando con módulo receptor y un cobertor plástico de cuidada estética, todos ellos integrados en un solo bloque por un robusto chapón metálico que se fija al bastidor del portón levadizo sin que el mismo sufra modificaciones.
En caso de corte de energía eléctrica se desbloquea el motor reductor a través de una llave personalizada y se trabaja el nuevo portón levadizo en forma manual.
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